ENERO 10 | DIA 2
LA ORACIÓN MATUTINA
JOYA BÍBLICA
“Escucha, oh Jehová, mis palabras; Considera mi gemir. Está atento a la voz de mi clamor, Rey mío y Dios mío, Porque a ti oraré. Oh Jehová, de mañana oirás mi voz; De mañana me presentaré delante de ti, y esperaré” (Salmo 5:1-3).
PREGUNTA
¿Cuál es la primera tarea del día? ¿Por qué debemos orar de mañana?
RESPUESTA
Las primeras palabras por la mañana: La primera aspiración del alma por la mañana debe ser la de acudir a la presencia de Jesús. ‘Sin mí —dice Cristo— nada podéis hacer’. Jesús es lo que necesitamos: su luz, vida y espíritu deben ser nuestros constantemente. Lo necesitamos cada hora. Y por la mañana debemos pedir en oración que tal como el sol ilumina la campiña y llena el mundo de luz, el Sol de justicia brille en los recintos de la mente y el corazón, y nos haga todo luz en el Señor. No podemos vivir un momento sin su presencia. El enemigo sabe cuándo empezamos a hacer a un lado a nuestro Señor, y allí está él, listo para envenenar nuestra mente con sus malvadas sugestiones para que perdamos la firmeza; pero el Señor desea que momento tras momento moremos en él, y así en Él seremos plenos”. Dios nos cuida, p. 41.
Tu primer trabajo: “Conságrate a Dios todas las mañanas; haz de esto tu primer trabajo. Sea tu oración: ‘Tómame ¡oh Señor! como enteramente tuyo. Pongo todos mis planes a tus pies. Úsame hoy en tu servicio. Mora conmigo, y sea toda mi obra hecha en ti’. Este es un asunto diario. Cada mañana, conságrate a Dios por ese día. Somete todos tus planes a Él, para ponerlos en práctica o abandonarlos, según te lo indicare su providencia. Podrás así poner cada día tu vida en las manos de Dios, y ella será cada vez más semejante a la de Cristo. La vida en Cristo es una vida de reposo. Tal vez no haya éxtasis de los sentimientos, pero debe haber una confianza continua y apacible”. El camino a Cristo, p. 70.
Señor, ayúdame a hacer lo mejor que pueda: “En la vida futura, se aclararán los misterios que aquí nos han preocupado y chasqueado. Veremos que las oraciones que nos parecían desatendidas y las esperanzas defraudadas figuraron entre nuestras mayores bendiciones. Debemos considerar todo deber, por muy humilde que sea, como sagrado por ser parte del servicio de Dios. Nuestra oración cotidiana debería ser: “Señor, ayúdame a hacer lo mejor que pueda. Enséñame a hacer mejor mi trabajo. Dame energía y alegría. Ayúdame a compartir en mi servicio el amante ministerio del Salvador’”. El ministerio de curación, p. 376.
La oración diaria es tan esencial como el alimento temporal: “Si queremos desarrollar un carácter que Dios pueda aceptar, debemos formar hábitos correctos en nuestra vida religiosa. La oración diaria es tan esencial para el crecimiento en la gracia y aun para la misma vida espiritual, como el alimento temporal lo es para el bienestar físico.
Deberíamos acostumbrarnos a elevar con frecuencia los pensamientos a Dios en oración”. Mensajes para los jóvenes, p. 79.
RESUMEN Y PENSAMIENTO PARA LA ORACIÓN
Amante Padre, ayúdanos a darnos cuenta de que sin ayuda celestial y la presencia interior y el poder de tu Espíritu Santo somos incapaces de hacer algo bueno. Por lo tanto, ayúdanos para que nuestras palabras, obras y acciones sean las mejores porque estamos capacitados por tu Espíritu Santo para realizar tu ministerio de amor.
Por favor, ayúdanos a no desayunar hasta que nos hayamos deleitado con el Pan de Vida cada mañana. Ilumina nuestras vidas con tu presencia divina para que podamos transmitir tu amor hacia todos con quienes hablemos, vivamos y trabajemos cada día.
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